El 23 de diciembre del año pasado, estaba en un avión viajando de Madrid a Venecia para reunirme con mi familia por las fiestas y tenía un pensamiento revoloteando, el típico pensamiento pequeño que no molesta pero tampoco se va.
Buscaba una respuesta sencilla a algo complejo.
Cada vez que me encuentro con mis abuelos (91 y 76 años), siempre me hacen tres preguntas:
A la segunda pregunta ya empiezo a sudar, pero sólo porque sé que viene la tercera.
Probablemente la mayoría de las personas que trabajan en tecnología o innovación conocen esta sensación (incluyendo las preguntas del Metaverso en la cena; antes las de Bitcoin).
¿Cómo les digo a mis abuelos en qué consiste mi trabajo? Probablemente si les digo «ayudo a las empresas a resolver grandes retos a través de la Innovación Radical» no será lo suficientemente claro.
También creo que TheCUBE va más allá, nuestro propósito es claro, nuestro posicionamiento en el mercado es radical y práctico; sin embargo, hay algo que hemos estado creando que probablemente podría llamar mágico -difícil de explicar- pero que ha sido desarrollado con intención, y es la esencia de nuestra gente y el alma de nuestros proyectos.
Hay tres tipos de problemas a los que nos enfrentamos en nuestra vida, personal y profesional:
Simples: Pueden resolverse mediante las mejores prácticas: Quiero hacer un café con mi cafetera: conozco el proceso y los ingredientes que necesito para que sea un éxito.
Complicados: Se resuelve a través de la experiencia: No conozco la respuesta pero puedo recurrir a alguien que la conozca – Si quiero hacer un café capuchino con sabor a vainilla, llamo a mi amigo experto en café o busco un tutorial en Youtube.
Complejo: No se ha resuelto antes, la única forma de encontrar respuestas es a través de la experimentación: Quiero hacer un café tostado con leche de soja.
En TheCUBE vivimos en la complejidad, pero la abrazamos como una parte natural de nosotros mismos. La edad media de nuestro equipo es de 27 años (no estoy seguro de cuál es la media del sector, pero creo que es bastante único), y trabajamos en proyectos de innovación radical, proyectos que nadie ha hecho antes y en los que no hay un camino que seguir para llegar a los objetivos.
Recuerdo una frase que me dijo un cliente un día: «Estoy trabajando contigo porque no eres un experto en mi sector, probablemente nunca has hecho algo similar antes, así que estoy seguro de que las soluciones que vas a aportar van a ser radicalmente diferentes.»
Entonces, ¿qué hacemos de nuevo?
Probablemente esta sea la mejor descripción de mi trabajo y la esencia de TheCUBE. Desde el día 0, hemos estado explorando y desarrollando la seguridad psicológica; esto significa que no se te castiga por cometer errores, sino que se te anima a aceptarlos y a verlos como parte del aprendizaje.
Al final, cuando se innova lo importante es el problema que se resuelve, no la metodología que se utiliza para resolver ese problema.
Buscamos gente ambiciosa, gente con ganas de hacer grandes cosas y que le guste explorar esa milla extra de una forma natural… esa milla extra de exploración no está para nada concurrida, no nos gustan los lugares concurridos (excepto los eventos, nos encantan los eventos llenos de gente creativa y brillante).
Diversas, talentosas, energéticas, inconformistas, ambiciosas con una mentalidad que abraza el cambio y empuja el status quo para diseñar y ejecutar proyectos que transformarán las industrias.
Nos encanta ayudar a nuestra gente, las relaciones duraderas y crecer juntos.
Al final, no he encontrado una respuesta a lo que hago, pero sólo porque cada día hago algo nuevo.
PD: Mientras escribo este blog, veo a uno de los miembros de nuestro equipo llevando unos olivos a un Laboratorio de Innovación. Le contaremos la historia completa en otra entrada del blog.
ANDRÉS HADDAD
CEO of TheCUBE
