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A todos nos gusta hablar de nuestros éxitos y de las cosas que hacemos bien, pero no es el mejor camino para seguir avanzado, por eso lanzamos esta serie en la que hablaremos de fallos que han dado paso a grandes innovaciones.
Está claro que, a priori, el título no suena como el mejor consejo que te podemos dar para empezar el año, pero seguro que después de leerlo lo vas a entender mejor.
Lo primero es tener claro a qué nos referimos con fallar, porque es una palabra que tiene varios significados. En este caso nos estamos refiriendo a hacer algo que acaba resultando equivocado o incorrecto, vamos que no sale bien.
Pero la clave de lo que te queremos contar está en la primera palabra de la definición: Hacer. Eso es lo que nos gusta en TheCUBE, al final las ideas no fallan si no las intentas convertir en realidad, pero es que tampoco sirve de nada si solo se quedan en eso, en una idea. Es obvio que si no haces nada no te puede salir mal.
Si estás dentro del mundo del emprendimiento, el fallo es un concepto con el que deberías estar familiarizado y al que no deberías tenerle miedo. Si hasta Jeff Bezos dice que Amazon es “el mejor lugar del mundo para fallar”, y no podemos decir que el negocio le vaya mal precisamente, todos tenemos que tenerlo presente.
Si estás dentro del mundo de la innovación, el fallo es algo que te debería resultar hasta motivante y que tiene un significado diferente del que tiene para el resto.
No debería ser fallar lo que te de miedo, si no como reacciones ante él y lo que puedas aprender o no de ese fallo. Y como la mejor manera de entenderlo es con ejemplos, hablemos del caso de P&G, que nos gusta mucho y no solo porque es uno de nuestros clientes.
Procter & Gamble es la mayor empresa del mundo dentro del sector de gran consumo, esto quiere decir que saben hacer las cosas bien, pero ¿sabes qué tienen en sus oficinas de Cincinnati y al lado de todos sus éxitos? Un bonito ”Wall of Failures”, un muro con todos los productos que lanzaron al mercado y acabaron siendo un fracaso, porque aunque suene extraño, una cosa y la otra van de la mano.
A.G. Lafley, que fue CEO de P&G durante 12 años, reconoció en una entrevista para Harvard Business Review que ve sus fallos “como un regalo” que le han permitido aprender mucho más que sus éxitos, lo que nos parece la manera correcta de entenderlo.
Algunos entienden el fallo como un fracaso y otros como un paso necesario para llegar al éxito. Es cuestión de perspectivas, y ya hablamos de la importancia de ver las cosas desde otra perspectiva en unos de nuestros primeros blogs que te dejamos aquí.
Tampoco queremos decir que fallar está bien y simplemente tienes que seguir intentándolo de manera automática hasta que las cosas funcionen. No es algo tan fácil. El fallo tiene que ser entendido para que sirva de aprendizaje, cada fallo te acerca un poco más al acierto si eres capaz de entenderlo lo suficiente como para no volver a repetirlo y mejorar a través de su análisis. Si fallas y aprendes lo suficiente de ello lo único que estás haciendo es acercarte al acierto.
Al final es como si estuvieras construyendo algo con Lego y cada acierto o fallo cuenta como otra pieza que te va permitiendo terminar la estructura que buscas construir.
Es difícil encontrar un ecosistema más dinámico y que experimente más que el nuestro. Teniendo en cuenta que hemos lanzado 17 startups en 5 años y que no creemos en las ideas que no son testadas y se llevan a la realidad, no te podemos decir que todas han sido un éxito. Hemos fallado y seguiremos fallando, es una consecuencia de estar constantemente haciendo cosas nuevas.
En el primer blog que lanzamos Andrés Haddad, CEO en TheCUBE ya dejaba claro que aquí trabajamos en proyectos que nadie ha hecho antes y en los que no hay un camino que seguir para llegar a los objetivos. Y cuando estás haciendo algo nuevo y experimentando de manera constante es más fácil equivocarse, por lo que necesitas tener la valentía para entender que es cuestión de tiempo que llegue el fallo.
Aquí hemos puesto mucho empeño en entender esto y crear una cultura en la que todo nuestro equipo entienda que el fallo es muchas veces una consecuencia de lo que hacemos y de cómo lo hacemos, por eso no es algo que se castigue o que sea sinónimo de hacer las cosas mal, por eso que no tenemos miedo de arriesgar al crear nuevas formas de hacer las cosas.
Tenemos muy clara la diferencia entre fallo y fracaso. El fracaso es fallar dos veces en lo mismo porque no lo hemos entendido y no hemos podido sacar ningún aprendizaje de él, pero afortunadamente, contamos con un equipo que aprende de todo lo que hace para mejorar en cada proyecto que tenemos que desarrollar y esto es gracias a que hemos podido desarrollar una seguridad psicológica que nos permite seguir arriesgando.
Y para terminar vamos a intentar resumir la mejor manera de fallar: La clave está en fallar lo más pronto y barato posible dentro del proceso de validación para ir descartando las cosas que no funcionan y llegar a aquello que podemos considerar un éxito de la manera más rápida y eficiente.
¿Entiendes mejor ahora el título de este blog? Si fallas en algo durante este 2023 (y en el futuro) al menos estarás haciendo algo, porque el que no falla es el que no hace nada o el que solo habla. Por algo se dice que hablar es gratis