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En el tiempo que llevo en el equipo de TheCUBE he podido ejecutar varios proyectos de innovación para múltiples sectores, en los que siempre buscamos crear valor y desarrollar soluciones que mejoren las vidas de las personas y generen nuevos modelos de negocio para las organizaciones.
Para estos proyectos de innovación, en nuestro caso Radical, en TheCUBE hemos desarrollado la metodología Quick & Dirty, que nos permite validar y testear nuestras hipótesis de manera rápida con usuarios reales, iterando continuamente con su feedback, y así lograr lanzar al mercado servicios y productos que realmente aporten valor a las personas.
Se trata de un enfoque iterativo, en el que se prioriza la ejecución y la obtención de datos para poder entender si las hipótesis que planteamos tienen sentido para el cliente y cuáles de ellas pueden tener un mejor funcionamiento.
Normalmente esta metodología se desarrolla en 3 fases que son:
Este es el punto del proyecto en el que salimos a explorar, encontrar datos y conexiones que nos permitan entender tanto el contexto, la industria, el entorno y al usuario final.
En esta etapa el gran desafío es identificar el problema, y esto requiere entender todo el contexto relativo al proyecto.
Abordamos la investigación en tres fases: una de inmersión con el cliente para entender su industria, cultura, operaciones y sus números. Luego investigamos y hablamos a sus actuales y potenciales usuarios, para entender sus motivaciones y frustraciones, y finalmente hacemos un análisis de tendencias económicas, tecnológicas y sociales para encontrar escenarios futuros atractivos para el proyecto.
En TheCUBE aplicamos el Lateral Thinking para resolver problemas y situaciones de una forma creativa y un enfoque completamente disruptivo. Esto lo conseguimos a través del análisis de las tendencias sociales que motivan a las personas y que nos permiten entender sus necesidades, las tendencias y oportunidades tecnológicas en las que podemos aportar valor a la experiencia final y también las económicas, que influyen en el tipo de solución.
Aquí analizamos también al usuario, tanto sus procesos como sus problemas para entender hacia dónde va y empatizar para idear como si fuéramos ellos.
Es el entendimiento de estas tendencias y poder verlas en su conjunto lo que nos permite ver escenarios futuros y qué forma le damos a esa oportunidad para pasar a la siguiente fase del proceso:
Siendo conscientes de que vivimos en un mundo cada vez más complejo y que esto se ve reflejado tanto en la sociedad como en las industrias, tenemos que tener en cuenta muchas dimensiones y no reducirlo a un análisis de Pains (problemas) & Gains (beneficios).
Además en TheCUBE aplicamos la mentalidad Moonshot Thinking para generar ideas disruptivas y ambiciosas que no se han hecho antes, de eso trata la innovación radical. Por eso tenemos que tener una visión lo más amplia posible para poder entender y confirmar cuáles son las hipótesis, que son todas esas verdades o realidades que tenemos que comprobar.
En esta fase, y a través de diferentes metodologías y herramientas, con el resto del equipo a cargo del proyecto y el cliente, unimos los diferentes perfiles y puntos de vista para entender cuáles son las potenciales soluciones a esos problemas definidos y dirigir el proyecto por ese camino.
Es plantear esas hipótesis lo que nos permite entender los riesgos, o variables de contorno, que tenemos que tener siempre en mente para poder controlarlos y para que no afecten en el resultado del experimento, que es la siguiente etapa.
Aquí es donde más vemos reflejado que en TheCUBE no hay dos proyectos iguales y todos los tratamos de manera única. Aquí volcamos todos los conocimientos adquiridos en las fases anteriores para llevar a la calle una solución.
Esta fase de experimentación mezcla una parte creativa, con la creación de un servicio, y una parte analítica en la que recogemos datos de los experimentos para analizarlos y escuchar lo que nos quieren decir realmente para confirmar las hipótesis definidas en la etapa anterior.
Es a través de esta fase que validamos, mediante experimentación real, las diferentes palancas que activan el interés del usuario para poder definir la propuesta de valor más significativa.
A esta manera de hacer las cosas le damos el nombre de Quick & Dirty, que encaja perfectamente con nuestro lema “Always in Beta”. A través de esta metodología creamos una solución rápidamente para prototipar y testearla llevándola a la calle para escuchar el feedback del cliente y poder seguir construyendo hasta dar con el MVBP (Minimum Viable Business Product) que nos permita generar valor y capturarlo.
El approach Quick & Dirty representa esa idea de no tener miedo a probar. No te preocupes de tener un producto perfecto en un momento perfecto, porque esto puede no pasar. Es mejor tener un producto que tu crees que va a solucionar un problema, ir a probarlo con las personas interesadas, escucharlas y aprender de eso para iterar tantas veces como sea necesario.
Un ejemplo claro de esta idea es el caso de Meta y sus gafas Oculus, que salieron al mercado sin ser un producto terminado, y siguen sin serlo al día de hoy. Pero sabemos, y Meta sabe también, que si este producto llega a la calle y a las manos de desarrolladores interesados y con hambre de cambiar, van a ir desarrollándolo poco a poco hasta llegar al éxito.
Nuestro consejo es: Si quieres emprender, emprende, pero cuando falles aprende rápido y sigue.