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La impresión 3D cada vez está más presente en nuestro día a día, desde hace más de 30 años ha sido utilizada a nivel industrial para aplicaciones específicas, pero cada vez se acerca más al ámbito de consumo. Es un sector en constante evolución y crecimiento, cuya industria alcanzará un volumen de mercado de 32,8 billones de dólares para 2023.
Chocolate, el material de impresión 3D más dulce.
Mucho más común de lo que pueda parecernos, la impresión 3D con chocolate está entre los métodos más utilizados. El proceso es similar a la impresión FDM (Fused Deposition Modeling) pero con propiedades de refrigeración diferentes a las del plástico.
Empresas reconocidas como Hershey’s han desarrollado proyectos en este campo e incluso impresoras especializadas para la impresión con chocolate.
Plástico reciclado.
La velocidad de adopción de la tecnología 3D a nivel usuario es imparable. Cada vez son más los adeptos que llevan las impresoras low-cost a sus hogares para proyectos “Do it yourself”.
En línea con esta tendencia, se han desarrollado proyectos como Filabot o Strooder para poder convertir restos de plástico procedente de desperdicios del hogar en filamento para la impresión 3D de una forma barata, funcional y sostenible.
Células humanas
En la bioimpresión, las estructuras celulares, incluidas las humanas, se fabrican a partir de biotintas cargadas con células madre, que se depositan capa por capa para generar piel, tejidos, huesos e incluso órganos.
Aunque la tecnología se encuentra en un periodo temprano de madurez, hay proyectos muy interesantes que esbozan lo que está por venir.
Una investigación conjunta del Weill Cornell Medical College y la Universidad de Bioingeniería de Cornell ha desarrollado con éxito una oreja idéntica a la de una persona gracias a la impresión 3D. Se han utilizado para ello geles inyectables compuestos de células vivas.
Foodini food printer
En «Star Trek», los replicantes futuristas crean alimentos completamente formados. Lo más parecido a eso aquí en la Tierra es la Foodini, un prototipo de impresora 3D desarrollado por Natural Machines, con sede en Barcelona. La Foodini puede imprimir masa, salsa, carne picada y otros materiales alimentarios para crear pizzas perfectamente formadas, nuggets de pollo o incluso raviolis.
Impresoras capaces de replicarse a sí mismas
Las impresoras autorreplicantes son capaces de hacer copias de sí mismas para construir otras impresoras 3D. Esto podría tener un fin pedagógico ya que la idea es que se utilicen en instituciones educativas y se enseñe a usar el software de diseño. Estas impresoras auto imprimibles podrían ayudar a la adopción masiva de la tecnología.
Existe una gran comunidad online de aficionados que comparten sus modelos y conocimientos en plataformas colaborativas para fomentar el desarrollo y crecimiento de la tecnología y hacerla más accesible.
«Made in Space» 3D Printer
La mayoría de las impresoras 3D dependen de la gravedad, el material cae de un extrusor a una placa de impresión capa por capa para construir objetos desde el suelo. ¿Pero qué pasaría si quisieras imprimir algo en el espacio, donde no hay gravedad?
La empresa de ingeniería Made in Space, con sede en California, está trabajando en una impresora 3D que puede imprimir en gravedad cero. Y se están acercando: un prototipo de Made in Space se enviará a la Estación Espacial Internacional para probarlo. Estamos deseando ver los resultados.
Tu hijo no-nato en 3D
Entre los padres más impacientes, la opción de llevarse a casa una réplica en 3D de su hijo no nato es un recuerdo cada vez más popular.
Dando un paso más, la empresa japonesa Fasotec está explotando este nicho de negocio, y te ofrece su producto «Shape of the Angel».
Creada a través de una resonancia magnética, se da forma dimensional a una imagen de tu hijo a través de un software, antes de ser fabricada mediante resina blanca y una impresora 3D.
Por si con una foto no es suficiente, llévate a casa un modelo en 3D del futuro miembro de la familia por el módico precio de 1000 dólares.
Carne sintética
La producción de alimentos en el futuro puede llegar a ser un problema. La población humana crece y con ello, nuestras necesidades de carne. Más allá de los científicos que intentan crear carne de probeta en los laboratorios para prepararse para la posible crisis, la Fundación Thiel ha concedido fondos a la empresa de biotecnología estadounidense Modern Meadow para intentar crear carne bioimpresa.
La empresa quiere utilizar la impresión 3D para crear carne sintética de una manera que consuma menos recursos sin dejar de satisfacer la necesidad humana de proteínas.
Casas en Marte
Muchas empresas de construcción e infraestructuras están introduciendo la impresión 3D en sus procesos, ya sea de forma total o parcial, consiguiendo formas y diseños nunca vistos y llevando la imaginación al siguiente nivel.
Más allá de la tierra, la aplicación de la impresión 3D a la construcción de viviendas también tiene ramificaciones en el programa espacial ya que esta tecnología ofrece un gran abanico de posibilidades para la fabricación en lugares de difícil acceso o atmósferas hostiles.
Al planificar una misión a Marte, la NASA tiene que afrontar el reto de crear un refugio para las personas que vivirán en el planeta rojo. Para ello, ha lanzado el reto 3D-Printed Habitat Challenge.
Estos ejemplos nos demuestran que la imaginación humana no tiene límites, gracias a la impresión 3D y a la innovación continua, podemos materializar nuestras ideas más rocambolescas.
Comida, ropa, carne, joyas, casas, cerámica, tejidos humanos, electrónica… pocos sectores escapan a la adopción de esta versátil tecnología.
Se escuchan los primeros rumores sobre los materiales adaptativos y la impresión 4D… ¿Cuál será el siguiente paso?
Escrito por Abraham, Radical innovation Intern en TheCUBE